diciembre 20, 2007

Mi oración llegó hasta Dios






“Un piadoso musulmán rezaba todos los días ante Dios, y todos los días le suplicaba una gracia que deseaba le concediese. Se colocaba siempre para su oración en el mismo rincón de la mezquita, y tantos años pasaron y tantas veces repitió su oración que cuentan que las señales de sus rodillas y sus pies quedaron marcadas sobre el mármol del suelo sagrado. Pero Dios parecía no oír su oración, parecía no enterarse siquiera de que alguien lo invocaba.

Un día por fin se le apareció al devoto musulmán en su oración un ángel de Dios, y le dijo:

-Dios ha decidido no concederte lo que pides.

Al oír el mensaje del ángel, el buen hombre comenzó a dar voces de alegría, a saltar de gozo, a contarles, a todos los que se reunieron al verlo, lo que le había sucedido.

La gente le preguntó, sorprendida:

-¿Y de qué te alegras, si Dios no te ha concedido lo que le pedías?.

A lo que él contestó, rebosándole el gozo sincero en cada palabra:

-Es verdad que me lo ha negado, pero al menos así sé que mi oración llegó hasta Dios. ¿Qué más puedo desear?. Y siguió repartiendo alegría.
(…)

El buen musulmán continuó yendo todos los días a la mezquita, al rincón marcado por sus rodillas, para dar gracias porque su oración había llegado a Dios.”

diciembre 09, 2007

Bendita seas tú, áspera Materia,






Benditas seas tú, áspera Materia

Bendita seas tú, áspera Materia,
gleba estéril, dura roca, tú que no cedes más que a la violencia y nos obligas a trabajar si queremos comer.

Bendita seas, peligrosa Materia,
mar violenta, indomable pasión, tú que nos devoras si no te encadenamos.

Bendita seas, poderosa Materia,
evolución irresistible, realidad siempre naciente, tú que haciendo estallar en cada momento nuestros encuadres, nos obligas a buscar cada vez más lejos de la Verdad.

Bendita seas, universal Materia,
duración sin límites, éter sin orillas, triple abismo de las estrellas, de los átomos y de las generaciones, tú que desbordando y disolviendo nuestras estrechas medidas nos revelas las dimensiones de Dios.

Bendita seas, Materia mortal,
tú que, disociándote un día en nosotros, nos introducirás, por fuerza, en el corazón mismo de lo que es.

Sin ti, Materia,
sin tus ataques, sin tus arranques, viviríamos inertes, estancados, pueriles, ignorantes de nosotros mismo y de Dios.

Tú que castigas y que curas,
tú que resistes y que cedes, tú que trastruecas y que construyes, tú que encadenas y que liberas, savia de nuestras almas, mano de Dios, carne de Cristo, Materia, yo te bendigo.

Yo te bendigo, Materia,
y te saludo, no como te describen, reducida o desfigurada, los pontífices de la ciencia y los predicadores de la virtud, un amasijo, dicen de fuerzas brutales o de bajos apetitos, sino como te me apareces hoy, en tu totalidad y tu verdad.

Te saludo,
inagotable capacidad de ser y de transformación en donde germina y crece la sustancia elegida.

Te saludo,
potencia universal de acercamiento y de unión mediante la cual se entrelaza la muchedumbre de las mónadas y en la que todas convergen en el camino del Espíritu.

Te saludo,
fuente armoniosa de las almas, cristal límpido de donde ha surgido la nueva Jerusalén.

Te saludo,
medio divino, cargado de poder creador, océano agitado por el Espíritu, arcilla amasada y animada por el Verbo encarnado.

Tú, Materia,
reinas en las serenas alturas en las que los santos se imaginan haberte dejado a un lado; carne tan transparente y tan móvil que ya no te distinguimos de un espíritu.

¡Arrebátanos, oh, Materia,
allá arriba, mediante el esfuerzo, la separación y la muerte; arrebátame allí en donde al fin sea posible abrazar castamente al Universo!


(Pierre Teilhard de Chardin).



noviembre 11, 2007

El elefante y la estaca





A través del tiempo y las culturas, los elefantes son personajes predilectos en nuestras narraciones. Admiro la fuerza, el volumen y las costumbres que poseen. Su denominación científica es Elephantidae, se dice que tienen una buena memoria y son capaces de reconocer los cadáveres de su misma especie, e incluso, aquellos que han sido miembros de su manada, su sonido característico se denomina barrito; actualmente solo quedan tres tipos de especies que habitan en dos continentes.

Hace tiempo llegó a mis manos este relato que comparto contigo ahora y espero que su narración sea tan reveladora como lo fue para mí. Suele suceder que nos comportemos como el elefante del relato: vivimos atados a estacas, creencias que limitan y distorsionan nuestra identidad. He escuchados más de una vez decir a un estudiante: “No puedo aprender este contenido”, “No soy capaz”. Han registrado en la memoria un fracaso ocasional que se ha eternizado en sus mentes. Aprendamos a vivir en libertad, que las “estacas” que nos imponen o imponemos no nos impidan recordar a cada instante nuestra identidad, nuestra esencia.

Disfruta la lectura y recréate en ella.

“Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales.

También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el elefante. Durante la función, la enorme bestia hacía despliegue de peso, tamaño y fuerza descomunal… pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.

Sin embargo, la estaca era solo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir.

El misterio es evidente: ¿qué lo mantiene entonces?, ¿por qué no huye?

Cuando tenía cinco o seis años, yo todavía confiaba en la sabiduría de los grandes. Pregunté, entonces, a algún maestro, a algún padre, o algún tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado.

Hice entonces la pregunta obvia: Si está amaestrado… ¿por qué lo encadenan?

No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente.

Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca… y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta.

Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta:

‘El elefante de circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy pequeño.’

Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca.

Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que seguía…

Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal acepto su impotencia y se resignó a su destino.

Este elefante enorme y poderoso no escapa porque cree que NO PUEDE.

El tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que siente poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro.

Jamás… jamás… intentó poner a prueba su fuerza otra vez…”

(Que me disculpe el autor/a pero lo he olvidado, por eso no lo menciono)







noviembre 01, 2007

Libro de Clases










Scarlett era la responsable de extraer, en dos oportunidades, las hojas del “Libro de Clases”. La investigación había finalizado. Ella, adolescente de 14 años que cursa el primer año medio, al ser descubierta; reconoció el acto.

Cuando nos percatamos que faltaban hojas de calificaciones y registros de la clase en el “Libro” del curso; nos inquietamos, nos preguntábamos cómo pudo ocurrir. Hubo voces que cuestionaron al profesor/a que custodiaba en ese instante el “Libro de clases”, pues es él/ella quien lo utiliza para registrar asistencia, notas y los aprendizajes de la clase y los/as alumnos/as no pueden acceder a él.

Se conocieron los motivos y las circunstancias del hecho. Fue así que me enteré, que en mi clase había ocurrido uno de los acontecimientos. Estupor y perplejidad fue mi primera reacción, por primera vez en mis años de experiencia docente que me sucede un hecho así; aunque no es un caso aislado, pues ha ocurrido otras veces. Incluso hace unos meses atrás a una profesora le sustrajeron el “Libro” desde la sala de clases y apareció al día siguiente en el baño de alumnos. La docente término mal, pues hubo voces que la encontraban a ella como responsable y no a los alumnos que habían incurrido en el hecho.

Es una evidencia que esta generación de estudiantes es muy diferente a otras antiguas generaciones. Recuerdo que cuando niño corríamos a saludar a los pasajeros del tren cada vez que pasaba por el barrio: nos uníamos, público y viajeros, en ademanes de bienvenidas. Ahora “los niños” compiten por ser los primeros en tirar piedras al tren. En pocos años “mi mundo” cambió una enormidad. ¿Cómo?... ¿Por qué?... ¿Cuándo?...

- ¿Por qué?- pregunté
- Tengo malas notas.
- ¿Cómo lo hiciste?
- Cuando Ud. fue a responder las dudas de mis compañeras, tuve la oportunidad de sacar las hojas del libro.- respondió.
- Yo confiaba en ti…
- Pero profe yo no saqué las hojas de su asignatura. Yo lo quiero a Ud.


Siento mi alma en un hilo al ver actos estúpidos en estudiantes, y a la vez, una sociedad que “explícitamente” les brinda conocimientos y tecnologías al alcance de sus manos e “implícitamente” los corrompe con entornos insanos.

En ocasiones, cuando estoy con los/as escolares, me he preguntado si soy un gendarme o un docente. Hay estudiantes que sienten una apatía por el “curriculum académico”, su infancia y juventud carecen de entornos nutritivos. Ellos/as requieren que la educación responda otras necesidades que la humanidad demanda que desarrollen, tales como: socialización, resiliencia, vida sana e inteligencia emocional.

Es importante que exista confianza entre profesor/a-alumno/a si queremos lograr un aprendizaje vital. Sé que tengo que re-construir la confianza con Scarlett, pues continúa como alumna en el curso. Y me alegra este hecho, ya que nos puede permitir encontrar otros senderos para superar el conflicto.

Esta experiencia reforzó en mí un aprendizaje vital que vivencié este año con otro “niño”: como profe y/o adulto tengo la responsabilidad de “vivir feliz”, íntimamente y comunitariamente.

Estaba con el progenitor, conversando acerca de las actitudes agresivas e inadaptadas del alumno, y cuando el papá intentó expresar una amonestación, el muchacho le increpó:

- “No tienes nada que decirme. No tienes moral… Eres un narcotraficante… Te ganas la vida vendiendo drogas…”

octubre 20, 2007

Evaluación del Desempeño Profesional Docente





He estado varios meses ausente y no he podido plasmar registro alguno en mi “bitácora”. Lo que sucede es que estuve en pleno proceso de elaboración del “Portafolio del Sistema de Evaluación del Desempeño Profesional Docente” que se realiza en mi país. Dicho “Portafolio” consta de varios “productos”, tales como, implementación de una unidad pedagógica, evaluación de término de la unidad pedagógica, reflexión sobre el quehacer docente, la filmación de una clase; y además, una autoevaluación, una evaluación de la dirección del Liceo y una entrevista que realiza otro docente a manera de coevaluación.

No deseo por ahora comunicar mi análisis profundo acerca del sistema de evaluación profesional docente, no obstante, considero inexcusable no expresar mi apreciación que tengo por ahora de la experiencia.

Quiero dejar en claro que es imperioso tener un sistema de evaluación profesional, sin embargo, tengo mis reparos con el proceso que se utiliza hasta ahora para evaluar el desempeño docente.

Uno de los propósitos fundamentales del “Portafolio” es: “presentar la mejor evidencia que dé cuenta de su labor pedagógica”. El objetivo ya presenta una contrariedad, pues no estoy postulando a un concurso ni pretendo asistir a una fiesta de gala o una cita protocolar. Tendré que esforzarme en mostrar “mi mejor cara”.

El proceso de enseñanza-aprendizaje se vive en la cotidianidad, en el quehacer diario del aula entre un profesor/a y el/la estudiante. Me pregunto si una clase, una planificación, un instrumento evaluativo, una reflexión serán suficiente para “evidenciar” mis fortalezas o debilidades en mi desempeño profesional. Personalmente lo dudo, una cosa que he aprendido es que nunca soy el mismo todo el tiempo, por ejemplo, me doy cuenta que a veces tengo clases pésimas y otras magníficas, son tantas las variables que entran en juego en el aula, que incluso si utilizara estrictamente “el método científico” en mi quehacer pedagógico, igual habría clases frustrantes.

Sucede que olvidamos que la educación es un proceso intrínsicamente humano y, como tal, en ella se manifiesta “nuestra naturaleza”, una abundancia de incertidumbres. La relación entre humanos es lo más incierto que podamos experimentar en la vida y, a la vez, ahí está también su grandeza.

Por cierto, nadie todavía tiene la autoría final de explicar cómo aprendemos los humanos, solamente tenemos heterogéneas “suposiciones” con respecto al aprendizaje y cada día surgen nuevas, que son incluso antagónicas entre sí. Hoy en día, “políticamente no es correcto” no utilizar el “método constructivista” en educación. Es el “paradigma” de moda y debemos someternos a sus postulados si no queremos ser considerados “malos educadores”, en el siglo pasado fue el “método conductista”. No me gustan los “Dogmatismos” pues la verdad y el conocimiento están en continúa creación. Y un “maestro” es aquel que puede seleccionar un “método” pertinente para el aprendizaje de su aprendiz y no someter a sus aprendices a “métodos uniformes” porque la “intelectualidad vigente” lo dictamina.

Asimismo, fue el tiempo otro factor que me contrarió, tenía ocho horas para “evidenciar” que mis alumnos/as aprenden. En educación los tiempos son distintos a los de una fábrica de clavos y esto que lo entiendan bien los economistas y tecnócratas. En marzo cuando recibí los curso, algunos parecían “cumpleaños de monos”, me permito utilizar metáforas: no hablaban, rugían; sus mentes eran luces de discotecas y no faros; no estaban conectados al aula sino a sus aparatos tecnológicos; no escuchaban mis instrucciones sino sus canciones; no había comunidad sino individualismo exacerbado. Han trascurrido varios meses y puedo afirmar que hay notables cambios en sus actitudes, aunque no son las óptimas se observa un progreso. Estos logros de la comunidad escolar no fueron instantáneos y sabemos que es una labor diaria que concluirá cuando lleguemos al horizonte. Lamentablemente estos “aprendizajes” no son “evidencias” para el “Portafolio”.

Quizás un factor que más me perjudicó, fue la sobre carga a mi trabajo docente (ya me he referido a este factor anteriormente), pues tuve que renunciar a dos “curso de perfeccionamiento o actualización” que estaba realizando. Trabajo, Portafolio, Familia y Actualización Profesional superaban con creces las 24 horas diarias. Y me vi en la obligación de sacrificar los cursos de actualización profesional, que había iniciado voluntariamente a principio de año, pues no estaba cumpliendo con los plazos y presentaba atrasos en los trabajos, investigaciones, reflexiones y aportes que me exigían. Aunque no pierdo la esperanza de volver a postular el próximo año.

El “Sistema de Evaluación del Desempeño Profesional Docente” no está inserto en la labor cotidiana que un/a profesor/a realiza junto a sus aprendices durante el año escolar, sino que es un trabajo “extra” que los docentes debemos cumplir y “evidenciar” nuestras competencias con aisladas actividades, y además, sobrecargando mucho más nuestro quehacer profesional.

Sé que existen muchas voces que presentan “evidencias” que el sistema no está cumpliendo con su objetivo principal, mejorar la Calidad de la Educación. La Autoridad se cierra a “perfeccionar” el sistema y los detractores extremos se niegan a toda evaluación. En este monólogo de sordos, la gran mayoría de los profesores/as del país se esfuerzan por optimizar sus prácticas pedagógicas y anhelan ser tratados con respeto y dignidad.

Finalmente, considero que este actual sistema de evaluación es parcial, limitado, raro, intruso, estresante y las “evidencias” son manipulables.


julio 27, 2007

Que la madera se sienta amada...





“ La madera se deja hacer porque sabe que el carpintero la quiere. El arte y el cariño se juntan en las manos del artesano sabio. Y de ellas sale la obra perfecta que es honra para la madera y para el que la trabajó. Las curvas suaves en las vetas exactas, la forma debida con recuerdos del árbol que la engendró y la adaptación a los usos a que ahora se destina en la mano del hombre, el olor a selva y el toque de taller. Trabajo digno en profesión honrada. Cooperación de las manos que obran y la madera que cede. Y ello porque hay confianza mutua y respeto y amor. Así se trabaja.

El carpintero quiere a la madera. Y la madera lo sabe. Y de ahí sale la obra maestra. Amar lo que trabajamos, amar lo que tocamos, amar lo que hacemos. Y amar de tal manera que lo que amamos y los que amamos se sientan amados y respondan con docilidad voluntaria al proceso que los forma en responsabilidad compartida. Nunca forzar, nunca imponer, nunca esclavizar. La madera se sabe querida y eso le facilita la entrega generosa al cambio difícil que le da un nuevo ser.

Cuenta Chuang Tzu de un carpintero que, cuando le encargaban un mueble, iba a la selva y se ponía a preguntar a los árboles, uno a uno, a ver cuál se consideraba idóneo y dispuesto para aquel trabajo. Sentía sus respuestas, las valoraba, las aceptaba, y por ellas elegía por fin el árbol que mejor iba a servir para la tarea encomendada. La madera sabe mejor que el carpintero qué es lo que más conviene a cada obra. Y lo dice si le sabemos consultar.

Lo importante es que la madera se sienta amada. Que no sea instrumento ciego de ganancia egoísta. Que se vea víctima inevitable de procesos crueles. Que sepa que es útil, que es bella, que es querida, y que es precisamente la transformación penosa, pero necesaria en manos expertas, la que la capacitará para ser obra noble en presencia del hombre. Que se entregue con ilusión porque confía en quien la escoge con cariño.

Otro carpintero podrá trabajar con violencia, disgusto, despecho. Quizá el observador externo no vea la diferencia, pero la madera la siente. Como siente la carne el tacto del cirujano o el golpe del agresor y los distingue. Todos somos carpinteros, de una madera o de otra, y podemos elegir entre amar la madera que trabajamos como aliada nuestra, o forzarla como enemigo que se resiste. La obra será distinta, y distinta será también nuestra satisfacción.

Amemos la madera y que la madera se sienta amada por nosotros. Eso es ser carpintero.”

(Carlos G. Vallés)


julio 15, 2007

¡ A libertar la Belleza !




No es un misterio las innumerables crisis de nuestro tiempo, que se manifiestan en distintos casos… quizás lo más evidente sea el abandono de la Belleza. Hemos relegado muchas virtudes, pero hemos sido más trágicos con la Belleza.

Nuestra cultura, nuestro mundo, nuestra sociedad, e incluso nuestra educación, han desterrado de la cotidianeidad a la Belleza.

Los griegos encontraban a la Belleza en la armonía de las proporciones, por otra parte, el matemático Benoit Mandelbrot nos presenta otra cara de la Belleza: las formas asimétricas de los fractales.

¿Dónde encontramos a la Belleza en la actualidad?...

La violencia no sólo se ha instalado en la cultura, sino en las aulas de las escuelas, y peor aún, se viste con los ropajes de la Belleza. Nos han hecho recorrer un camino con falsedades, con sofismas que daña la Belleza.

¿Dónde está la Belleza?... Ella está secuestrada, amordazada en una celda oculta, camuflada con rituales, falsificada con tecnologías, maquillada con sombras.

La Verdad, el Bien, el Conocimiento y otras virtudes requieren de la Belleza para crecer en plenitud… la Belleza es el elemento catalizador de las virtudes.

La Belleza es fundamental para la vida humana, así como lo es el aprendizaje. Sin embargo, la educación se ha separado de la Belleza, de tal modo que se ha olvidado de cultivar la esencia del ser humano (aquello que es siempre lo mismo), pues, se busca principalmente adiestrar para rendir pruebas estandarizadas, se prioriza la cultura de lo inmediato, se dice: ‘educar para el mercado’. Por las medidas de control, se enseña con tensión y quejas; por el afán individualista del ‘éxito’, se aprende con estrés y desagrado. Algunas aulas se han convertido en la antítesis de la Belleza.

Hemos borrado de la memoria que desde sus inicios la educación, a través del conocimiento y la sabiduría, inquiría a la esencia humana, y escudriñaba cómo responder preguntas fundamentales de la existencia:

¿Quién soy? ¿De Dónde vengo? y ¿Adónde voy?

La Belleza reside en ser aquello para lo cual fuimos creados.

En el arte de educar, existen algunos intentos por libertar a la Belleza: Alain Finkielkraut propone sustituir el principio de placer por la Gratitud. Howard Gardner postula integrar en las aulas tres virtudes trascendentales: la Verdad, el Bien y la Belleza. O el simple anhelo de tener maestros/as y discípulos/as en las clases, y podamos mirarnos a los ojos y decir:

“Eres el secreto del secreto de Dios.
Eres el espejo de la belleza divina.”

Rumi.



julio 02, 2007

Camina plácidamente entre el ruido y la prisa...





El poema ‘Desiderata’ tiene una leyenda acerca de su origen, unos creen que es un anónimo del siglo XVI encontrado en un monasterio, por otra parte, otros afirman que el autor es un abogado y filósofo de Harvard, Max Ehrman (1872-1945). El poema se publicó en el libro póstumo: ‘Los poemas de Max Ehrman’, y el error de autoría se debió a que la poesía se incluyó en una colección de poemas que contenía equivocación en la fecha, autor y lugar de origen.

‘Desiderata’, del latín ‘desideratum’, significa: ‘conjunto de las cosas que se echan de menos y se desean’. Sea quien sea el autor, el texto nos ilustra una forma sana de vivir en este tercer planeta. El presente texto es una versión más de las muchas que existen… recréate en su lectura:

‘Camina plácidamente entre el ruido y la prisa,
y recuerda qué paz puede haber en el silencio.
En la medida de lo posible y sin traicionarte
procura vivir en buenos términos con todo aquel que te rodea.
Di tu verdad tranquila y claramente;
y escucha a los demás,
incluso al aburrido y al ignorante;
ellos también tienen una historia que contar.

Evita a los ruidosos y a los agresivos,
ellos afligen al espíritu.
Si te comparas con otras personas,
puedes tornarte vanidoso y amargo;
porque siempre habrá personas más grandes y más pequeñas que tú.
Disfruta de tus logros y también de tus planes.

Mantén el interés en tu propia carrera, por humilde que sea;
es una verdadera posesión en las cambiantes fortunas del tiempo.
Sé cuidadoso en los negocios;
pues el mundo está lleno de trampas.
Pero no dejes que ésto te ciegue a la virtud del mundo;
muchas personas luchan por grandes ideales;
y en todas partes la vida está llena de heroísmo.

Sé tú mismo.
En especial, no finjas afecto.
Tampoco seas cínico ante el amor;
porque frente a la aridez y al desencanto,
el amor es perenne como la hierba.

Toma con serenidad el consejo de los años,
y renuncia grácilmente a los dones de la juventud.
Nutre la fuerza del espíritu para protegerte de las desgracias inesperadas,
pero no te crees falsos fantasmas.
Muchos miedos nacen de la fatiga y la soledad.
Sin olvidar una justa disciplina,
sé amable contigo mismo.

Eres un hijo del Universo,
no menos que los árboles y las estrellas;
tienes derecho a estar aquí.
Y no importa si te resulta evidente o no,
no hay duda de que el Universo se está desarrollando como debe.

Por ello procura estar en paz con Dios,
de la manera en que lo concibas,
y cualesquiera sean tus trabajos y aspiraciones,
mantén la paz en tu espíritu en la ruidosa confusión de la vida.

A pesar del trabajo duro, las falsas esperanzas y los sueños rotos,
este sigue siendo un mundo hermoso.
Procura estar alegre.
Esfuérzate por ser feliz.’



junio 17, 2007

Elogio de la Estupidez






Hubo una movilización estudiantil en esta semana, y una vez más, las personas que conformamos la comunidad educativa sufrimos las apedreadas de ‘elementos exaltados’. Para ellos/as una acción de presión y rechazo al ‘sistema’; para mí, un acto criminal propio de una ideología del terror, un hecho notorio de estupidez humana.

El ‘escolar’ que rompía las ventanas de las salas y otras dependencias del Liceo, ¿no se da cuenta de las consecuencias del acto?, pues había personas en esos lugares y una piedra con las esquilas de los ventanales rotos son potencialmente un arma asesina. ¡Qué falta de respeto por la vida!

A partir de este suceso, intenté buscar respuestas para la estupidez. ‘Navegando’ por Google encontré más de 3 millones de páginas en inglés que se asocian a la palabra estupidez, a su vez, las páginas en español se reducen a menos de la mitad, ¿será que los ‘hispano-parlantes’ somos menos ‘estupidos’ que los de habla inglesa? Grande es mi sorpresa al saber que la estupidez está en tierra de todos y de nadie, no existe una ‘Estupidología’ como disciplina. Todavía la Estupidez es un misterio, porque para algunos el límite entre la Estupidez y la Genialidad es ilusoria, pues depende de la ‘perspectiva’ del enfoque.

En los relatos sufi aparece Nasruddin como el representante de la estupidez, en nuestro tiempo moderno es Mr. Bean. En mi país un caso evidente de estupidez es el Transantiago que ha revelado la estupidez a todo nivel: ingenieros, políticos, empresarios, usuarios, etc.

No obstante, existen los que quieren dilucidar el ‘misterio’. Un ‘nauta’ pregunta a la ‘red’: ¿Cuál será el límite de la estupidez humana? Otros intentan una definición. Algunos muestran ejemplos, instrucciones y enunciados ‘estúpidos’. Algunas informaciones interesantes encontradas fueron: el aporte de Carlo M. Cipolla que pretende con una Teoría: definir, clasificar, graficar y formular leyes de la estupidez humana. José M. Piquer que expresa que ‘debemos crear la estupidez artificial y olvidarnos de la inteligencia artificial’ y Giancarlo Livraghi que comenta y aporta unos corolarios a las leyes de Cipolla.

Quiero destacar dos ideas de Cipolla por ser una primera tentativa de comprender el problema de la estupidez: las cinco leyes básicas y los cuatro tipos de individuos:

Primera Ley
Siempre subestimamos el número de gente estúpida.
Segunda Ley
La probabilidad de que una persona sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de la persona.
Tercera Ley (la de Oro)
Una persona estúpida es alguien que ocasiona daño a otra persona, o a un grupo de gentes, sin conseguir ventajas para ella misma – o aun resultando dañada.
Cuarta Ley
La gente no estúpida siempre subestima el poder de causar daño de la gente estúpida. Constantemente se les olvida que en cualquier momento, y bajo cualquier circunstancia, el asociarse con gente estúpida invariablemente constituye un error costoso.
Quinta Ley
Una persona estúpida es la persona más peligrosa que puede existir.

Además, aunque algo sesgado por la economía, Cipolla aporta una clasificación de las personas según su comportamiento en una transacción:
1.- Desgraciado:
Alguien cuyas acciones tienden a generar auto daño, pero que también crean ventajas para alguien más.
2.- Inteligente:
Alguien cuyas acciones tienden a generarle ventajas, al igual que ventajas para otros.
3.- Bandido:
Alguien cuyas acciones tienden a generarle ventajas, al mismo tiempo que ocasionan daños a otros.
4.- Estúpido:
Ya tenemos esta definición en la Tercera Ley.

Por último, una cosa me queda clara que la Estupidez es un rasgo básicamente humano, por eso, parafraseando confieso que: ‘sólo sé que soy estúpido’ y lo primero que hacemos generalmente es proyectar la Estupidez... está allá ‘afuera’ y no en nosotros. Muchos hablan del cambio desde una Sociedad de la Información hacia la del Conocimiento, antes bien, creo que convendríamos atinar por una Sociedad de la Sabiduría. Albert Einstein decía: “Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro”.


junio 12, 2007

La educación en el "ciberespacio"

Se dice que a los seres humanos no les agrada estar en la ‘realidad’, por cuanto, realizan múltiples actividades para ‘evadirse’ de ella o para ‘crear nuevas’. Al parecer no aceptamos que somos ‘monos desnudos’, como lo describe muy bien Desmond Morris en su libro. Algo parecido viví la semana pasada, debido a que asistí al IV Congreso Iberoamericano de Educared: “Innovar para educar. Educar para innovar”, con la destacada participación de expositores nacionales y extranjeros. Y uno de los propósitos principales del encuentro fue promover el uso educativo de Internet y de las nuevas tecnologías.

Sin querer ser pitonisa ni escribir un relato de ciencia ficción, intentaré puntualizar algunas ideas que logré ‘pescar’ y que considero ‘innovadoras’ del encuentro.

Se afirma que hoy como nunca antes nuestro mundo se torna cambiante e impredecible, en virtud de iniciar la emigración hacia un ‘mundo cibernético’, por cierto, por el avance de las tecnologías. Y el sistema educativo experimentará profundos cambios; en efecto, el ‘hiperespacio’, la ‘virtualidad’ y las tecnologías están cultivando un gran trance en nuestras acciones educativas, por nombrar algunos casos:
  • La presencia física del profesor/a o alumno/a ya no será necesaria.
  • Se altera el tiempo de la clase, cursos y años de estudios, pues, dependerá del avance o retroceso del aprendiz y no se estará limitado a un horario establecido.
  • El ritmo de aprendizaje se personaliza.
  • El currículo y la evaluación se universalizan y flexibilizan, se debe ‘educar’ al individuo globalizado, por eso, las políticas localistas serán resistidas.
  • La institución educativa deja de ser la principal fuente de transmisión del conocimiento: aprendizaje en el mundo y no exclusivamente en las aulas.
  • El profesor/a deja de ser la autoridad que transmite conocimientos, sino que se transforma en Líder y Creador de entornos de aprendizajes.
  • La escuela se convierte en una comunidad de aprendizajes que articula e integra a todos los entes vivos de la sociedad en pro de los aprendizajes, dejando de ser una institución de aislamiento y selección humana.
  • Será cada vez más difícil diferenciar los roles de profesor/a y alumno/a, pues el aprendizaje se construirá desde diferentes perspectivas y circunstancias.
  • Se necesitará con urgencia ‘colonizadores’ educativos del ciberespacio, que con ‘arquitectura’ y ‘diseño’, hagan ‘habitable’ la existencia del aprendizaje-educativo en el ‘mundo virtual’.
  • La clase no se realizará en la sala, sino en entornos virtuales u otros lugares.
  • La relación alumno/a - profesor/a se extiende, de tal manera, podrán ejercer estos roles ‘individuos’ de la ‘aldea global’, y no exclusivamente el que vive en mi localidad.

    Probablemente, la pregunta: “…en la época de Internet, usted, ¿para qué sirve?”, no sea una consulta ‘antojadiza’, sino que revela el choque generacional, que se esta iniciando, entre distintos ‘estilos’ de concebir la educación, incluso el aprendizaje.

    Nuestra mente nos juega muchas paradojas, esta tendencia humana de rechazar el propio cuerpo… nuestra genética, y buscar ‘habitar’ otros cuerpos, nos está llevando a ‘existir’ en esta ‘realidad virtual’; ciertamente, tendremos que aprender a estar ‘presente’ en las nuevas circunstancias, siempre y cuando, si anhelamos progresar como seres humanos, pues tendremos que profundizar un nuevo concepto de Humanismo que satisfaga este entorno actual.



junio 03, 2007

Desde el principio...





Yavé me creó en los albores de su reino, antes que sus obras más antiguas.

Desde el principio me tiene formada, desde el comienzo, antes de la tierra.

Cuando no existía el abismo ni habían brotado las fuentes del océano, antes que los cerros fueran puestos en su lugar, antes que las lomas, ya estaba.

Antes de que Yavé hiciera tierras ni campos, antes del primer polvo del universo.

Cuando afirmó los cielos, allí estaba yo, cuando puso la tierra sobre la faz del abismo, cuando formó las nubes en lo alto, cuando se impusieron las fuentes del océano, cuando fijó los límites del mar para que las aguas no salieran de su lugar, cuando asentó las bases de la tierra, yo estaba a su lado, arquitecto de sus obras,
y era yo cada día su delicia jugando en su presencia en todo tiempo;
yo me divertía recorriendo su creación, mi deleite está con los hijos de los hombres.”

(Proverbios 8: 22-31.
La Biblia Latinoamericana)



mayo 27, 2007

¿Quiénes son los destinatarios de la educación?








Leí un artículo de Humberto Eco, publicado el 21 de mayo en el diario La Nación (Argentina), en donde cuenta que un estudiante pregunta a su profesor: “Disculpe, pero en la época de Internet, usted, ¿para qué sirve?". Esta experiencia me anima a formular algunas preguntas para introducir otros elementos a la situación:

¿De qué hablamos cuándo decimos educación?
¿Quiénes son los destinatarios de la educación? o ¿Hoy en día, quiénes deben ser los receptores de la educación?

En el presente mundo globalizado ¿la educación es un vehículo de emancipación o de esclavitud?

La educación esta siendo cuestionada, analizada y evaluada por diferentes actores, me parece sano este debate, solo anhelo que nos lleve a un sistema educativo que responda a las necesidades esenciales del ser humano actual y no a modelos económicos imperantes.

La escuela, como institución educativa, es una creación cultural, que nace de la necesidad de ‘transmitir’ a otros conocimientos y saberes que se consideran verdaderos. La institución educativa no ha existido siempre; tiene un origen, desarrollo y tendrá un final si no logra evolucionar. Es un grave error la predisposición a ‘eternizarla en el tiempo’. Por lo demás, como se dijo anteriormente, no se puede ‘naturalizar la educación’ y hablar de ‘la escuela’, ‘el/la alumno/a’, ‘la enseñanza’, ‘el aprendizaje’, ‘la evaluación’, ‘el currículo’, etc. Como si siempre fueran los mismos, sin evolución o involución posible.

Si pensamos que el sistema educativo es por “natura”, estamos postulando la incapacidad de injerir en él, de la imposibilidad de trabajar en un sistema creado por humanos. No pretendo destruir el sistema educativo, sino que se trata de ‘re-significar’ la institución educativa a la luz de su identidad histórica e introducir los cambios pertinentes de acuerdo a la época auténtica que se vive. Los tiempos han cambiado y la educación tendría que ser coherente con los cambios que hemos experimentados como especie, ya no se puede mantener una institución con paradigmas antiguos, a pesar de ser exitosos en esos años.

La literatura nos habla que el ser humano es un animal social, necesita de los otros, a partir de los vínculos con el/la otro/a puede cultivar su inteligencia y desarrollar sus potencialidades, por cierto necesita existir en convivencia. De tal modo, la educación es un acto voluntario de enseñar y aprender. Profesor/a y alumno/a deben manifestar la energía de querer aprender-enseñar. En la relación pedagógica ambos actores, buscan satisfacer sus necesidades de enseñar y aprender, aunque a veces en el trato educativo, se olvida la asociación entre el ‘el saber’ y la necesidad que lo provoca. Si bien, enseñar no puede ser visto como dar ‘algo’ que el otro no posee, sino más bien, como una forma de satisfacer una necesidad que el otro no puede subsanar por sí mismo/a. Así pues, el acto educativo debe establecerse a través de vínculos con el otro, un otro (con identidad, voluntad y conciencia) que busca satisfacer una ‘carencia interna’.

La historia de la educación nos dice que el protagonista del acto educativo ha cambiado, pues antes era el profesor/a, amo y señor del aprendizaje educativo; en cambio, hoy el ‘sujeto deseante’, aquel que busca encontrar lo que ‘des-conoce’, es el alumno/a, de tal manera, se ha enclavado en la educación el lema posmodernista: “el cliente tiene siempre la razón”. Considero que este relato pendular no ha sido muy beneficioso para la institución educativa, creo que más que destacar a un actor del proceso educativo, es necesario valorar el lazo o el vínculo que se produce entre profesor/a – alumno/a, pues, en última instancia, educar es crear nexos de conciencia entre humanos.

El caso del estudiante con su pregunta insidiosa al profesor, nos expresa lo frágil y dañada que está la relación entre estos actores, son bastantes las causas que atentan contra la red educativa, por ejemplo, una de ellas es la crisis que se instala en la llamada cultura posmoderna, perturbando a los protagonistas del proceso educativo, cual menos o más, hemos sufrido este influjo y sin pretender ser parcial en mi apreciación, pienso que nuestros alumnos/as nacieron y se están desarrollando en la ‘cultura posmodernista’, es más nuestros/as estudiantes o nuestros destinatarios ostentan muchos de estos males; como profesor, constantemente me pregunto si en la realidad habitual ¿es el estudiante un ‘sujeto deseante’ de formación?

Como una forma de uniformar los criterios me baso en generalizar los rasgos aportados por autores, pero que este procedimiento no nos aleje del ‘otro/a concreto’

¿Cuáles son algunos rasgos negativos del estudiante posmodernista?

· Es ‘light’: mediocre, sin dimensión espiritual. Rinde culto al cuerpo.

· Coexiste en una sociedad nihilista: Hay una pérdida importante del sentido de la vida, con ausencia de valores, proyectos, ideales.

· Niega la verdad: desconfía que pueda llegar a conocer la verdad. Todo es opinable y todas las opiniones tienen el mismo valor.

· Idolatría de la tecnociencia: el avance tecnológico es valorado como forma de superación.

· Prefiere el tener sobre el ser: ya que habita una Sociedad permisiva y consumista, donde los individuos son desechables. Hoy todo vale (libertinaje), la publicidad ejerce una fuerte influencia. Todo se consume y se tira, lo mismo sucede con las personas.

· Es hedonista: el culto al placer, al confort y al bienestar.

· Estima la ‘Neofilia’: lo único que vale es lo nuevo, lo joven.

· Ruptura de la relación intrapersonal: molesta nuestro propio ‘yo’. No hay relación con uno mismo y la interioridad, se prefiere escapar de sí mismo.

· Está instalado en la cultura de la muerte: aborto, alcohol, droga, suicidio, etc.

· Logofobia (fobia a las palabras, odio a éstas): el lenguaje verbal es funcional, cambiante y sin contenido; vocabulario empobrecido, cuantitativo, no expresa el sentido profundo de las cosas.

· Pornografía: la sexualidad está completamente desligada del ser humano y es sólo objeto de placer.Narcisismo. No se ama, se usa a los demás.

· Razonamiento instrumental: todo se ve desde el punto de vista de la funcionalidad, incapacidad de reflexión. Se olvida de ver las cosas desde otras dimensiones que trasciendan lo meramente material.

· Crisis de conexión: rechazo a las redes comunitarias y la dependencia de un ser absoluto. Se cree autosuficiente e independiente. Egocentrismo. Un ser disociado, deprimido y en fuga.

A pesar de lo anterior y que el sistema educativo es injusto, pues cada vez más y mejor utiliza procedimientos de exclusión, en nombre de cierta eficacia y eficiencia. No podemos renunciar a la misión que ‘el destinatario’ principal de la educación será aquel en quien podamos reconocer su humanidad.



mayo 19, 2007

Anoche tuve un sueño





Anoche tuve un sueño y al despertar al igual que Segismundo exclamé:

“¿Qué quizá soñando estoy
aunque despierto me veo?
No sueño, pues toco y creo
lo que he sido y lo que soy.”


En el sueño asistía a un seminario de análisis para mejorar los resultados estadísticos del SIMCE y PSU. El propósito era compartir experiencias y estrategias para poder quedar entre los “mejores establecimientos educacionales del país”, según los cánones de la actual sociedad. Todas las ponencias tenían un denominador común: la selección de alumnos/as como procedimiento eficiente y eficaz en el éxito de las pruebas estandarizadas.

Transcribo algunas opiniones de los participantes:

Un Prelado afirmaba que Jesús utilizó muchas veces la selección, por ejemplo, cuando eligió a sus apóstoles y que no habría sido posible la Iglesia si no se seleccionara a sus miembros.

Un Economista dijo que la educación es un bien escaso, por eso solo deben acceder los mejores.

Un Biólogo nos habló de la evolución de las especies y que su avance se ha logrado por la selección.

Un Sociólogo nos informó que desde la cuna existe una diferencia entre los individuos, que no solo es genética sino cultural, y que este fenómeno favorece la posterior selección de alumnos/as.

Un Apoderado expresó que prefería los colegios que seleccionan porque allí están los mejores.

Un Catedrático confesó que era más fácil enseñar a los alumnos/as interesados por aprender que a los díscolos, por eso era necesaria la selección.

Un Deportista argumentó que en los campeonatos siempre concurrían los seleccionados.

Un Estudiante explicó que le gustaba estar entre sus iguales por eso prefería la selección.

Un Rector fue categórico en decir que la única forma de lograr mejorar los índices en las pruebas estandarizadas, era la selección de alumnos/as.

Un Intelectual demostró que la “evidencia” científica evidenciaba la seguridad de la selección.

Un Político leyó un discurso que afirmaba que la selección de alumnos/as, la libertad de enseñanza y el lucro eran las bases para mejorar la educación.

Un Policía nos habló de los delitos y corrupción de la juventud y que era necesaria la selección en los colegios.

Un agricultor confesó que selecciona sus frutas y jamás empaqueta una fruta marchita con las sanas.

Un Juez nos advirtió que la selección debería tener un marco legal para evitar injusticias.

Al final del encuentro, una voz se elevó con fuerza y a todos los auditores nos dijo:

Me dirijo principalmente a los profesores/as porque son los que aún trabajan con seres humanos, muchos otros han perdidos ese contacto. Uds. No pueden entrar a la sala de clase con una actitud pesimista, sin esperanza, sin fe. Cuando están frente a sus alumnos/as no pueden decir ‘no son capaces’ pues desconocen el potencial de su alumno/a y es más honesto afirmar ‘yo no soy capaz’. No tienen derecho de heredar sus propias limitaciones mentales o físicas, pues el desarrollo humano tiende ser ascendente. Un profesor/a tiene que ser libre para dar libertad, con un horizonte amplio e inalcanzable; sin techo mental pues la vida no comienza ni termina en él/ella, ya que nadie puede afirmar ‘es el fin…ya no hay nada más que decir…solo debemos recordar’. El que no ama a su discípulo/a no puede ser maestro/a, más le vale ocupar su existencia en otros menesteres, pues la pedagogía era uno de los elementos más valioso que contenía ‘la caja de Pandora’.

Hubo un silencio silente en el ambiente hasta que se interrumpió por Segismundo que concluyó:

“Luego fue verdad, no sueño;
y si fue verdad (que es otra
confusión, y no menor),
¿cómo mi vida le nombra
sueño? Pues ¿tan parecidas
a los sueños son las glorias,
que las verdaderas son
tenidas por mentirosas,
y las fingidas por ciertas?”

(Pedro Calderón de la Barca: La vida es sueño)



mayo 13, 2007

"Shock numérico"









Una vez más, se inicia el debate por la calidad de la educación después de ser publicados los resultados del SIMCE que ha provocado un ‘shock numérico’ y escucho a los mismos de siempre con los mismos argumentos de siempre para analizar el “debacle de la educación”. Pienso que es injusto evaluar la “calidad” de la educación exclusivamente a través de una prueba “estandarizada” que por naturaleza es una abstracción, una suposición teórica que deja al margen otros criterios importantes como son la creatividad, la voluntad, el desarrollo comunitario, etc., además los escolares se pueden dar el lujo de boicotear la prueba sin sufrir ninguna consecuencia y así perjudicando la institución educativa, por eso es necesario retomar las preguntas que solamente buscan vislumbrar qué mundo queremos crear:

1.- ¿Qué se entiende por calidad de la educación?
2.- ¿Quién(es) deberá(n) definirla?
3.- ¿Qué se quiere ‘producir’ en las instituciones educativas?
4.- ¿Dónde percibe el profesor(a) el “producto de su trabajo”?

Estás preguntas para el ‘sistema actual’ están definitivamente solucionadas, sin embargo, considero que no es así, la comunidad nacional ha estado sometida a juicios de un grupo privilegiado que ha dictado los ‘canones educativos’ y que se niega al debate o cuestionamiento de sus premisas.

Considero que el valor de la igualdad se ha distorsionado en una simple homologación que desconoce la diversidad humana. Este ‘universalismo sustitucionista’ que considera como paradigmático la experiencia de un grupo de individuo, se ha olvidado del alumno/a concreto/a. Para mí el aprendizaje educativo se da en el encuentro entre individuos concretos y no entre abstracciones; somos personas con voz y rostros, racionales y emocionales, con una historia e identidad que manifiesta la pluralidad propia del ser humano. Cito, por ejemplo, un diálogo con una estudiante que presentaba bajo rendimiento y ausencia a clases

“- ¿Por qué no has venido a clases?- pregunté a Luisa alumna de tercer año medio.
- No he podido.
- Has faltado varios días y debes diversas evaluaciones en diferentes asignaturas… cuéntame ¿qué sucede?
- No estoy en mi casa… discutí con mis padres.
- ¿Dónde estás viviendo?- insistí.
- He estado en casa de algunas amigas, pero ahora voy a estar en la casa de mi tío.
- ¿Y tu hijo? - el hijo de Luisa tiene dos años.
- Está con mi mamá, desde que salí no he podido verlo. Mi tío va a hablar con mis padres para que me entreguen a mi niño.
- ¿Quién cuida a tu hijo cuando estás en el Liceo?
- Antes de entrar a clases lo dejo en el Jardín y cuando salgo lo paso a buscar- la jornada de estudio de Luisa es de las 8:00 a.m. hasta las 16:00 hrs. p.m.”

Por eso, percibo con preocupación que este ‘modelo educativo’ concibe al ser humano como si fuera una máquina aislada en vez de un ser interrelacionado que pertenece a una red; el currículum actual es estático - centrado en disciplinas que principalmente corresponde a las ciencias y el ‘sistema’ descalifica un “curriculum dinámico - contextualizado, centrado en preguntas relevantes, en el conocimiento humano ciencia – arte – espiritualidad – tradiciones”.

Algunos de estos “buenos colegios”, según el SIMCE, realizan una selección de alumnos/as, dejando excluidos a los que “no cumplen con el perfil” y si todos continuamos con esta tendencia ¿qué o quiénes se harán responsables de la formación de niños, jóvenes o adultos excluidos del actual modelo educativo?

En cada clase que tengo con mis alumnos/as, reflexiono cuál es el aprendizaje urgente y necesario para mi ‘discipulo/a’ en concreto:

“Se acercó María – alumna de primer año medio- y con molestia me dijo:
- Profe, no se da cuenta que lo que nos hace hacer es grave.
La miré con sorpresa, pues los alumnos/as estaban trabajando en una guía lexicológica con la etimología de la palabra “mamá” y una de las actividades era elaborar un acróstico con el nombre de la madre. Así que le pregunté por qué encontraba “grave” la actividad.
- Sabe profe, hace poco tiempo que estoy viviendo con mi mamá.
- ¿Desde cuándo?
- Hace unos seis meses.
- ¿Y antes con quién vivías? – pregunté.
- Con mi abuela.
- ¿Y qué encuentras “grave” en la guía? – insistí.
- No me nace nada para escribirle algo a mi madre… todavía tengo sentimientos encontrados con ella.”


¿Qué quiero lograr? ¿El acróstico o la resiliencia? ¿Cambios superficiales de la conducta o cambios profundo de la conciencia?




mayo 05, 2007

Háblanos de la Enseñanza...





“Entonces dijo un Profesor: Háblanos de la Enseñanza”.

Y él repuso:

Nadie puede revelaros nada sino lo que yace en medio dormido en el alba de vuestro conocimiento.

El maestro que, entre sus discípulos, pasea a la sombra del templo, no da de su sabiduría, sino más bien de su fe y de su aptitud para amar.

Si es en verdad sabio no os invita a entrar a la casa de su sabiduría, sino que más bien os conduce al umbral de vuestro propio espíritu.

El astrónomo puede hablaros de su comprensión del espacio, pero no puede daros su comprensión.

El músico puede cantaros con el ritmo que reside en todo espacio, pero no puede daros el oído que retiene el ritmo ni la voz que le da eco.

Y aquel que es versado en la ciencia de los números, puede hablar de las relaciones del peso y la medida, pero no puede conduciros hasta allá.

Porque la visión de un hombre no presta sus alas a otro hombre.

Y así como cada uno de vosotros está solo en el conocimiento de Dios, así debe cada uno de vosotros estar solo en su conocimiento de Dios y en su entendimiento de la tierra.”

(Khalil Gibran: El Profeta)



abril 28, 2007

"En el principio existía el verbo, y el verbo estaba en Dios, y el verbo era Dios" Jn 1,1




Recuerdo el diálogo, en una entrevista, que tuvo un apoderado con su pupilo acerca de la lectura:
“- Mamá, no quiero leer.
- Tienes que leer el libro.
- Pero si hay una película ¿Por qué no me la compras?... Y así no leo el libro…
- No seas ¡flojo!...”


Es habitual escuchar que las nuevas generaciones, prefieren las imágenes en vez de la lectura. Hoy en día, nos hemos acostumbrado a ser más pasivos en nuestras percepciones; la inmediatez de la imagen es más valorada que las palabras, pues, decodificar signos gráficos es un proceso cognitivo mucho más complejo que ver cuadros en movimientos. Me inquieta que sólo se prefieran las fotografías y no el encuentro íntimo con el texto. No obstante, en una humanidad que busca construir su presente en el conocimiento, se requiere como esfuerzo imperativo volver a hojear los discursos escritos.

La lectura puede ser considerada como una cualidad propia del ser humano, pues leer implica poseer un desarrollo cognitivo y emocional más allá de lo nativo. Somos seres lingüísticos, necesitamos leer para transformarnos en agricultores de palabras, en co-creadores de universos.

Los humanos hemos vivido nuestra presencia en el planeta a través de libros. El libro ha establecido nuestra forma de existir. Poseemos libros “sagrados” que orientan la fe de millones de personas, que buscan en esas palabras la voz de Dios. Libros “históricos” que con sus palabras intentan mantener una tradición que no proyecta morir en el olvido. Libros “clásicos” que relatan fábulas, revelando artísticamente la esencia humana. E incluso, Internet se ha convertido para algunos en “un nuevo libro”, que proporciona conectividad y acceso a los vocablos de innumerables personas. Sin embargo, la riqueza del libro está en su virtual relación con el lector/a, quien da “vida” a la escritura, exclusivamente la lectura “sopla aliento de vida” al texto. La lectura es un manantial de voces.

Un libro sin lector yace sin sustancia, por eso, el lector es el protagonista; no obstante, se suele matar al lector/a creador/a y la satisfacción de leer, a causa de poner énfasis en la lectura mecánica, estructurada y nivelada. Está de moda utilizar “Pruebas Internacionales Estandarizadas de Comprensión Lectora”, quizás la ganas de los administradores por las estadísticas, ha motivado la actual tendencia homogénea en la Educación. Varias de estas “evaluaciones” asesinan al lector/a, pues la lectura no puede ser reducida a una cifra matemática. Existe una fuerte tendencia a “preparar” al estudiante para rendir “satisfactoriamente” las “evaluaciones normalizadas”, “jibarizando” así la Educación a una simple “instrucción”. Me pregunto qué pasaría si otras disciplinas, como la ciencia, fueran sometidas a estos escrutinios de “experimentos estandarizados”.

Tengo alumnos/as que leen más de lo solicitado en la clase, son los sedientos de palabras; otros utilizan el libro para escribir groserías con sus palabras o estropearlo; algunos leen porque es obligación, desean satisfacer otras voluntades; y hay otros que rechazan el libro, no por ignorancia sino por estar embobados en sus artilugios electrónicos (mp3, mp4, celulares).

En conclusión, la lectura contiene palabras y ellas son potencialmente poderosas. Las palabras son una forma básica para representar la realidad y sin ella no tenemos un instrumento de pensar la experiencia, inclusive las “etiquetas” que vinculamos a nuestra vivencia, se convierten en nuestra experiencia. Por eso, los individuos con un vocabulario empobrecido, tienen una vida emocional limitada; en cambio, los que cuentan con un vocabulario suculento, disponen de una gama de colores para describir su experiencia. No nos damos cuenta de que las palabras tienen un efecto bioquímico, influyen en nuestro sentir, pensar y actuar, por ende, se entrometen en la manera en que nos comunicamos con nosotros mismos y con los demás, en consecuencia, a lo que experimentamos. Finalmente, cito a Neruda quien retrata poéticamente la simbiosis que tenemos con las palabras:

“Todo lo que usted quiera, si señor, pero son las palabras las que cantan, las que suben y bajan... Me prosterno ante ellas... Las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito... Amo tanto las palabras... Las inesperadas... Las que glotonamente se esperan, se escuchan, hasta que de pronto caen... Vocablos amados... Brillan como piedras de colores, saltan como platinados peces, son espuma, hilo, metal, rocío... Persigo algunas palabras... Son tan hermosas que las quiero poner todas en mi poema... Las agarro al vuelo, cuando van zumbando, y las atrapo, las limpio, las pelo, me preparo frente al plato, las siento cristalinas, vibrantes, ebúrneas, vegetales, aceitosas, como frutas, como algas, como ágatas, como aceitunas... Y entonces las revuelvo, las agito, me las bebo, me las zampo, las trituro, las emperejilo, las liberto... Las dejo como estalactitas en mi poema, como pedacitos de madera bruñida, como carbón, como restos de naufragio, regalos de la ola... Todo está en la palabra... Una idea entera se cambia porque una palabra se transladó de sitio, o porque otra se sentó como una reinita adentro de una frase que no la esperaba y que le obedeció...
Tienen sombra, transparencia, peso, plumas, pelos, tienen de todo lo que se les fue agregando de tanto rodar por el río, de tanto transmigrar de patria, de tanto ser raíces... Son antiquísimas y recientísimas... Viven en el féretro escondido y en la flor apenas comenzada...”

(Pablo Neruda, Confieso que he vivido.)



abril 19, 2007

Que sepa que le amo





“Un relato de Eduardo Galeano en días tristes de terrorismo de Estado en su país. Silvio Frondizi estaba almorzando con su familia, y había llegado a los postres. Pidió a su hijo que le alargase una manzana, y éste, en broma cariñosa, la tomó y dijo por un instante: < ¡No te la doy!>. En aquel momento llamaron a la puerta. Eran los escuadrones de la muerte que se llevaron al , y ya no volvió a su casa. Lo mataron esa misma tarde.

La familia recobró el cadáver, y lo velaban en casa aquella noche cuando, en un momento de las largas horas, en la soledad oscura del dolor contenido, Eduardo Galeano vio una figura solitaria que se acercaba callada al ataúd. Era el hijo, ya huérfano. Notó que llevaba algo en su mano y adivinó en la sombra la silueta del objeto. Era una manzana. El muchacho avanzó, depositó suavemente la manzana sobre el ataúd y se retiró sin decir nada. Quería que su padre se llevase la manzana que no había podido comer.

Que no se nos vaya nadie de nuestro entorno afectivo sin haberle dado la manzana de nuestro cariño. Que no se nos muera nadie, en la cercanía de la sangre y la amistad, sin que le digamos que le hemos querido en verdad con todo nuestro ser. Que no se nos despida nadie a quien conocemos y queremos antes de que se entere de lo que le queremos y apreciamos, lo que supone para nosotros en nuestra vida y de lo mucho que querríamos hacer por él. La satisfacción de haber mostrado cariño es el verdadero consuelo ante la separación definitiva.

Que nadie se nos vaya sin comer la manzana.”

Carlos G. Vallés


abril 15, 2007

¿Selección o Integración?








Al término de la clase llamé a un alumno que había estado cerca del escritorio del profesor para preguntarle quién había cortado las correas de mi bolso. Y como lo esperaba, no aportó ninguna información que aclarara lo ocurrido. Tras una breve investigación de Inspectoría General, se descubrió quien había cortado con tijeras las correas del bolso…

Una vez más, aparecía involucrado Matías en un acto que dañaba la convivencia escolar, esta vez había sido un bien material de mi propiedad. Cuando le pregunté por qué lo había hecho, su respuesta me dejó perplejo:

“Tío (se ha hecho habitual en estos días que un “tipo” de alumno/a llamé a su profesor/a Tío/a), no sé por qué… No sé por qué no puedo estar tranquilo, tengo que estar haciendo algo y si no puedo; me peñisco o rasguño mis manos (tenía algunas costras en sus manos y brazos). Disculpe, tío, pero sentí las ganas de hacerlo.”

Matías tenía una gran cantidad de observaciones en su hoja de registros, casi todas eran por problemas de conducta o convivencia dentro de la sala de clase. Nunca apareció su apoderado a conversar conmigo a pesar de las citaciones o hablar con otra autoridad del Liceo. Muchas veces en el proceso de matrícula surge el papá, la mamá u otro adulto como apoderado del estudiante, pero durante el año escolar es imposible tener un contacto con ellos cuando se requiere, están ausentes.

Matías es solo la punta del iceberg del conjunto de adolescentes, que año a año se introducen en la Educación Media, cuyas prioridades personales no son académicas y, además a veces, presentan un grado de daño en su salud mental. Por señalar algunos casos: son colegiales/as que carecen de una socialización primaria. Que sufren de depresión y, por ende, tienen una asistencia esporádica a clases y con ello perjudican su aprendizaje educativo. Que presentan problemas de anorexia o bulimia. Que tienen dificultades de adaptación a las normas de convivencia escolar y social. Que son consumidores de drogas y/o alcohol. Que presentan conductas delictivas. Que tienen parejas e incluso hijos, por nombrar algunos casos.

Lamentablemente nuestro Sistema Educativo no está preparado para estos alumnos/as y muchos quedan al margen. No me gustan los “apartheid” menos en educación, creo que si se dan las herramientas necesarias se podría recuperar a estos jóvenes, por ejemplo, un caso digno de homologar en estos “Matías”, es lo que ocurre con los estudiantes del “Proyecto de Integración”, que son alumnos/as que presentan una o más limitaciones en sus capacidades visuales, auditivas, motoras o cognitivas y ellos/as se “integran” a la Enseñanza Media con compañeros cuyas capacidades están intactas. Estos escolares “integrados” cuentan con sus profesores/ras habituales y además un equipo de profesionales, tales como, fonoaudiólogo, kinesiólogo, educador especialista, terapeuta y médicos. Todos ellos apoyando al alumno/a en su labor escolar y al profesor/a en su quehacer pedagógico con estos “estudiantes integrados”.

Hace días que no he visto a Matías en el Liceo, lo más probable es que no regrese más. Me duele “perder” alumnos/as, ya que es una vida humana que desperdicia una oportunidad de formación educativa. Ellos necesitan un tratamiento distinto así como acontece con los “alumnos integrados”. Con “los Matías” no se puede llevar el proceso enseñanza-aprendizaje como se halla con el resto de los estudiantes cuya formación se encamina sin obstáculos. Se requiere otra orientación pedagógica que no solo involucre recursos económicos sino también vocación e integración humana.

abril 07, 2007

Lázaro, sal afuera

En semana santa, una reflexión que quiero comunicar, es una de las experiencias que siempre me ha cautivado y que dentro de mi ignorancia, la he catalogado como un “despertar” o “resurrección” de mi espíritu.

He estado “muerto” en incontables ocasiones, algunas de ellas en el umbral de la muerte definitiva. No obstante, también he “resucitado” en múltiples casos y ha sido porque “alguien” me ha entregado su verdad, su palabra viva, su luz. Y esta voz ha exhortado a mi espíritu para que continúe con su misión. Y he tenido que levantarme, recoger mis ropajes y seguir viviendo con “mi verdad”, intentando colocar una luz más en el universo.

Siento yo que como profesor, tengo una gran responsabilidad…comunicar a mis alumnos/as mis palabras vivas para ser intermediario de otras “resurrecciones”. Aunque a veces parece que mi voz clama en el desierto, pero he encontrado un propósito y he de ser fiel a él.

Tengo que confesar que soy creyente, creo que existe un “Dios” cuya identidad se ha manifestado en innumerables nombres y cuyo amor es inconmensurable.

Y en los evangelios encuentro un relato con una riqueza enorme, que quiero asociar con la “resurrección humana”. El apóstol Juan nos entrega un texto de profunda sabiduría, por eso lo transcribo in extenso.

“Había un enfermo, Lázaro de Betania, de la aldea de María y Marta, su hermana. Era esta María la que ungió al Señor con ungüento y le enjugó los pies con sus cabellos, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo. Enviaron pues las hermanas a decirle: Señor, el que amas está enfermo. Oyéndolo, Jesús dijo: Esta enfermedad no es de muerte sino para gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella. Jesús amaba a Marta y a su hermana y a Lázaro. Aunque oyó que estaba enfermo, permaneció en el lugar en que se hallaba dos días más, pasados los cuales dijo a los discípulos: Vamos otra vez a Judea.

Los discípulos le dijeron: Rabbí, los judíos te buscan para apedrearte, ¿y de nuevo vas allá? Respondió Jesús: ¿No son doce las horas del día? Si alguno camina durante el día no tropieza, porque ve la luz de este mundo; pero si camina de noche, tropieza, porque le falta la luz. Esto dijo y después añadió: Lázaro, nuestro amigo, está dormido, pero yo voy a despertarlo. Dijéronle entonces los discípulos: Señor, si duerme, sanará. Hablaba Jesús de su muerte, y ellos pensaron que hablaba del descanso del sueño. Entonces les dijo Jesús claramente: Lázaro ha muerto, y me alegro por vosotros de no haber estado allí, para que creáis, pero vamos allá. Dijo, pues, Tomás, llamado Dídimo, a los compañeros: Vamos también nosotros a morir con El.

Fue, pues, Jesús y se encontró con que llevaba ya cuatro días en el sepulcro. Estaba Betania cerca de Jerusalén, como unos quince estadios, y muchos judíos habían venido a Marta y María para consolarlas por su hermano. Marta, pues, en cuanto oyó que Jesús llegaba, le salió al encuentro, pero María se quedó sentada en su casa. Dijo, pues, Marta a Jesús: Señor, si hubieras estado aquí no hubiera muerto mi hermano; pero sé que cuanto pidas a Dios, Dios te lo otorgará. Díjole Jesús: Resucitará tu hermano. Marta le dijo: Sé que resucitará en la resurrección, en el último día. Díjole Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera vivirá, y todo el que vive y cree en mí no morirá para siempre. ¿Crees tú esto? Díjole ella: Sí, Señor, yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios que ha venido al mundo.

Diciendo esto, se fue y llamó a María, su hermana, diciéndole en secreto: El maestro está ahí y te llama. Cuando oyó esto, se levantó al instante y se fue a El, pues aún no había entrado Jesús en la aldea, sino que se hallaba aún en el sitio donde le había encontrado Marta. Los judíos que estaban con ella en casa consolándola, viendo que María se levantaba con prisa y salía, la siguieron, pensando que iba al monumento para llorar allí. Así que María llegó donde Jesús estaba, viéndole, se echó a sus pies, diciendo: Señor, si hubieras estado aquí no hubiera muerto mi hermano.

Viéndola Jesús llorar, y que lloraban también los judíos que venían con ella, se conmovió hondamente y se turbó, y dijo: ¿Dónde le habéis puesto? Dijéronle: Señor, ven y ve. Lloró Jesús, y los judíos decían: ¡Cómo lo amaba! Algunos de ellos dijeron: ¿No pudo éste, que abrió los ojos del ciego, hacer que no muriese? Jesús otra vez conmovido en su interior, llegó al monumento que era una cueva tapada con una piedra. Dijo Jesús: Quitad la piedra. Díjole Marta, la hermana del muerto: Señor, ya hiede, pues lleva cuatro días. Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si creyeres verás la gloria de Dios? Quitaron, pues, la piedra y Jesús, alzando los ojos al cielo, dijo: Padre, te doy las gracias porque me has escuchado; yo sé que siempre me escuchas, pero por la muchedumbre que me rodea, lo digo, para que crean que tú me has enviado. Diciendo esto, gritó con fuerte voz: Lázaro, sal afuera. Salió el muerto, ligado con fajas de pies y manos y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Soltadlo y dejadlo ir.”

(Jn 11, 1 – 44)

abril 01, 2007

La frustración










Matías, alumno de primer año medio, silbaba mientras se paseaba por la sala de clase, al parecer no escuchaba mis llamados de atención. Era mi primera clase con el curso, todos ellos adolescentes entre 14 y 15 años de edad. Me había preparado para el encuentro. Sabía que la primera impresión marca.

Ese día, Matías era el director del desorden y sus compañeros/as también participaban en este caos. Tuve que esforzarme para ser escuchado, pues tengo una disfonía producto de una laringitis que se inició la semana pasada. Con sorpresa y humor me escucharon mientras ordenaba ese barullo.

Lo que había planificado para la clase, era cambiado por las circunstancias. Acaecían nuevas necesidades y desafíos para esa clase. Tengo que confesar que me sentí frustrado, mis expectativas y propósitos no se habían conseguido. Pensé en todos los acontecimientos que había vivido la frustración como profesor y han sido incontables. Creo que no dramatizo en decir que son diarias en mi labor docente.

Quiero dejar en claro que la vivencia de la frustración, no la vivo con pesar o amargura sino que me estimula a superar los obstáculos, es como si una muralla se cruzara en el camino, no golpeo la cabeza contra ella sino que busco las formas de superarla.

La frustración puede ser una forma de aprendizaje, así como la poda de un árbol es beneficiosa para el agricultor. La frustración en mi labor docente me estimula a ser creativo, flexible y estar siempre vivo en la clase.

Yo también uso la frustración con mis alumnos/as en sus aprendizajes, cuando les propongo tareas o problemas que presentan dificultades y tengo que motivarlos para que puedan lograr la solución; algunos se rinden, otros continúan hasta alcanzar la meta.
Esa mañana, Matías me había frustrado, entendí que no soy omnipotente; yo tenía un propósito y él tenía otro. En cada clase se da el encuentro entre voluntades humanas, no obstante, como profesor tengo la misión de encantar las voluntades de mis estudiantes hacia un aprendizaje educativo. Un enorme y maravilloso desafío.

En ocasiones termino agotado, cansado, rendido y en otras pleno, satisfecho y alegre. Intento que cada día sea nuevo, el pasado es solo eso, cada día tiene su propio afán; yo no soy el mismo de ayer y tampoco mis alumnos/as.

Matías en la clase siguiente se acercó hablar, me pidió disculpa por su comportamiento de la clase anterior. Conversamos un momento, en su mirada pícara vislumbré honestidad. Esta situación me hizo recordar una de las reglas básicas de la PNL (Programación Neurolinguística): “Detrás de cada comportamiento problemático se esconde una buena intención.”




marzo 22, 2007

La proyección en mis alumnos/as








La clase se había iniciado como era habitual, sin embargo, esta vez quise probar un método de metaobservación. Observé la clase: el entorno, los alumnos/as y yo (el profe). Ese día la clase fue distinta y mágica… había vislumbrado un portal de un sendero de conocimiento, sabiduría, experiencia y desarrollo personal impensable.

La situación se produjo porque mientras iniciaba la motivación de la clase y explicaba a mis alumnos/as los propósitos y temáticas, me pregunté ¿Lo qué percibo de mis alumnos/as, cuánto es proyección?...

La proyección es un mecanismo psicológico que fundamentalmente los psicoanalistas utilizan y lo definen como: atribuir a otros y al mundo exterior; sentimientos, ideas, deseos, miedos, inseguridades, recursos, preocupaciones y motivaciones que se rechazan o no se reconocen en uno mismo.

Lo que pude “ver” esa vez, me dejó atónito que todavía no he podido asimilar en su totalidad la vivencia. No obstante, sé que tengo un recurso poderoso que se agrega a la clase y puede proporcionar innumerables descubrimientos.

Ahora la clase se transformaba en un “espejo”y puede ser una senda terapéutica, la relación profe-alumno/a evoluciona hacia una vía de conocimiento y superación personal, ya no solo en lo profesional sino además de uno mismo.






marzo 08, 2007

Día internacional de la mujer




Poner fin a la impunidad de la violencia contra las mujeres y las niñas

“La violencia contra la mujer todavía no ha recibido la atención prioritaria y los recursos que se requieren en todos los niveles para abordarla con la seriedad y la visibilidad necesarias”


Estudio a fondo del Secretario General sobre todas las formas
de violencia contra la mujer (2006)
(A/61/122/Add.1)Si bien las manifestaciones de violencia contra las mujeres y las niñas varían de un contexto social, económico, cultural e histórico a otro, es evidente que esa violencia sigue siendo una realidad devastadora en todas partes del mundo. Las investigaciones, los datos y los testimonios existentes de mujeres y niñas de todo el mundo proporcionan pruebas escalofriantes. Se trata de una violación generalizada de los derechos humanos y un grave impedimento para el logro de la igualdad de género, el desarrollo y la paz.

Esa violencia es inaceptable, ya sea perpetrada por el Estado y sus agentes o por miembros de la familia o extraños, en el ámbito público o privado, en tiempos de paz o de conflicto.

Se han establecido marcos jurídicos y normativos internacionales, regionales y nacionales que abarcan muchas formas diferentes de violencia en los contextos público y privado. Sin embargo, los progresos registrados en la elaboración de esas normas, pautas y políticas jurídicas no han ido acompañados de progresos similares en su aplicación. Sigue siendo insuficiente y poco sistemática en todas partes del mundo.

Los Estados tienen la obligación de proteger a las mujeres y las niñas de la violencia, exigir responsabilidad a los autores, hacer justicia y proporcionar recursos a las víctimas. El incumplimiento de esas obligaciones es inaceptable. Cuando el Estado no exige responsabilidad a los autores de actos de violencia y la sociedad consiente esa violencia de forma explícita o tácita, la impunidad no sólo lleva a que se cometan más abusos, sino que también hace pensar que la violencia del hombre contra la mujer es aceptable y normal. El resultado es que se deniega la justicia a las víctimas o supervivientes y se refuerza la desigualdad de género prevaleciente.

La eliminación de la violencia contra la mujer sigue siendo uno de los desafíos más graves e imperiosos de nuestros tiempos. Todo el mundo tiene la responsabilidad de actuar ante la violencia. Todos y cada uno de nosotros tenemos el deber de apoyar y mantener un entorno político y social en el que no se tolere la violencia contra las mujeres y las niñas, en el que los amigos, los familiares, los vecinos, los hombres y las mujeres intervengan para impedir que los autores de esos actos queden impunes.

Con motivo de la celebración oficial por las Naciones Unidas del Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo de 2007, se realizará una mesa redonda sobre este tema, en la que se examinarán prácticas idóneas y ejemplos de soluciones concretos para eliminar la violencia y poner fin a la impunidad desde el nivel mundial hasta el local. En la mesa redonda se expondrán diferentes dimensiones del problema desde la perspectiva de parlamentarios, funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, representantes de la sociedad civil e integrantes de los medios de difusión.
(Fuente: O.N.U.)
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