febrero 25, 2008

Educación 3.0 (II)






Segunda parte

(b) Mesoencéfalo

Este cerebro se empieza a desarrollar incipientemente en las aves y totalmente en los mamíferos. El mesoencéfalo o cerebro mamífero, dotado de un sistema límbico, físicamente ubicado encima del reptil permite al mamífero un desarrollo emocional que opera, fundamentalmente, desde la estructura conocida como la Amígdala.

El Sistema Límbico está asociado a la capacidad de sentir y desear. Está constituido por seis estructuras:

1.- el tálamo (placer-dolor),
2.- la amígdala (nutrición, oralidad, protección, hostilidad),
3.- el hipotálamo (cuidado de los otros, características de los mamíferos),
4.- los bulbos olfatorios,
5.- la región septal (sexualidad) y
6.- el hipocampo (memoria de largo plazo).

En estas zonas están las glándulas endocrinas más importantes para el ser humano: pineal y pituitaria. Su función principal es la de controlar la vida emotiva, lo cual incluye los sentimientos, la regulación endocrina, el dolor y el placer. Puede ser considerado como el cerebro afectivo, el que energiza la conducta para el logro de las metas. En este sistema se dan procesos emocionales y estados de amor, gozo, depresión, odio, etc. El desbalance del sistema conduce a estados agresivos, depresiones severas y pérdida de la memoria, entre otras enfermedades.

En este segundo cerebro existe la capacidad de sentir, pues de los tres es el que más se deja afectar por los demás y por el entorno. La realidad que percibimos a través de la nariz, la boca y los genitales se relaciona estrechamente con este segundo cerebro.

En el cerebro mamífero anida las fuerzas emotivas que darán lugar a todos tus deseos y sentimientos y es en él donde subyacen las capacidades de dejarnos afectar por algo o alguien. Proporciona el afecto que los mamíferos necesitan para sobrevivir, por tanto se introducen los sentimientos: dar o recibir afecto, recibir atención, consideración, compasión, ternura, empatía, etc.

Su carácter más específico desde el punto de vista temporal es la capacidad de poner el pasado en el presente (aprender, memoria). Muestra una capacidad de trascender el imperativo del presente dando respeto al pasado. Es sensato pensar que el desarrollo de la memoria se asocia a momentos emocionalmente intensos. La parte oscura del avance aparece cuando el exceso del peso del pasado puede facilitar las exageraciones emocionales llamadas neurosis.

En síntesis, desde una perspectiva del proceso Enseñanza-Aprendizaje el Mesoencéfalo:

1.- El cerebro secundario tiene como condicionamiento: el sufrimiento.

2.- Su carácter más específico desde el punto de vista temporal es la capacidad de poner el pasado en el presente.

3.- Este es el cerebro que da inicio: al Sentir.



(c) Telencéfalo

Los mamíferos como los primates y algunos cetáceos tienen un cerebro mucho más desarrollado que los mamíferos primitivos, por lo cual, además de los sentimientos, manejan un proceso de mayor entendimiento, que está directamente relacionado con el desarrollo de la corteza cerebral (telencéfalo o cerebro neo-mamífero), donde se encuentra uno de los mayores desarrollos del cerebro dentro de la escala biológica.

Los Humanos poseen un cerebro mucho más especializado que todos los seres vivos, por lo cual, además de sentimientos, manejan un proceso racional de mentalidad, de síntesis y de análisis, ampliamente superior al de todos los demás mamíferos o seres vivos. Las partes más especializadas del telencéfalo, específicamente su región frontal, permite adquirir conocimientos, desarrollar sociedades, culturas, tecnologías, lenguajes y lo más importante: comprender las leyes que rigen el universo.

El Sistema Neocortical es el lugar donde se llevan a efecto los procesos intelectuales superiores. Está estructurado por el hemisferio izquierdo y el hemisferio derecho. El hemisferio izquierdo está asociado a procesos de razonamiento lógico, funciones de análisis y síntesis. El hemisferio derecho, en el cual se dan procesos asociativos, imaginativos y creativos, se asocia con la posibilidad de ver globalidades y establecer relaciones espaciales.

El neocórtex se convierte en el motor principal de procesos que requieren generación o resolución de problemas, análisis y síntesis de información, del uso del razonamiento analógico y del pensamiento crítico y creativo entre otros. Las tareas no sensoriales se realizan en los lóbulos frontales. Este tercer cerebro, es el que permite el raciocinio.

Las dos características elementales de la neocorteza son:

(1) La síntesis, la cual se refiere al sentido de globalidad, “visión” e integración con que actúa el hemisferio derecho.

(2) El análisis, que se refiere al estilo de procesamiento del hemisferio izquierdo, el cual hace énfasis en la relación parte-todo, la lógica, la relación causa-efecto, el razonamiento hipotético y en la precisión y exactitud.

El tercer cerebro representa la adquisición de conciencia, la habilidad del lenguaje y la voluntad reflexiva.

La aparición de los calendarios implica que los seres humanos comenzaron a desarrollar progresivamente la capacidad de anticipar, planificar e imaginar, de poner el futuro posible en el presente. El neocórtex, desde el punto de vista temporal, tiene la capacidad de anticipar, de poner el futuro posible en el presente. La capacidad de poner el futuro en el presente (presente + pasado + futuro), de formas muy elaboradas resulta específicamente humana. En las psicosis se toma por real lo que no está en el presente.

En síntesis, desde una perspectiva del proceso Enseñanza-Aprendizaje el Telencéfalo:

1.- El cerebro terciario tiene como condicionamiento: la angustia.

2.- Su carácter más específico desde el punto de vista temporal es la capacidad de predecir, de poner el futuro posible en el presente.

3.- Este es el cerebro que da inicio: al Pensar.


Últimas palabras


Entre una de las utilidades del estudio de los tres tipos de cerebros, consiste en considerar las diferencias que la hegemonía de uno u otro cerebro en las respuestas, decisiones y aprendizajes. Por ejemplo: una decisión automática e inconsciente del cerebro reptiliano, difiere de la reacción emotiva del límbico o de la más pensante y meditada del neocórtex u otra que integre las tres. Si somos capaces de crear una analogía con el proceso Enseñanza-Aprendizaje, podríamos distinguir con mucha claridad heterogéneas maneras de E-A.
En seguida, surgen innumerables interrogantes que merecen ser indagadas y respondidas, tales como:

¿Cómo aprende-enseña cada cerebro?
Como profesor o aprendiz ¿qué es automático, emocional o simbólico en la clase?
Entre miedo, sufrimiento y angustia, en mis situaciones de aprendizajes, ¿Cuál(es) es (son) la(s) mayor(es) restricción(es) del proceso E-A?
Pensar, sentir y actuar ¿Son coherentes en mi quehacer pedagógico? ¿Están presentes en mi clase y aprendizaje? ¿Cuál he desarrollado o he aminorado en el proceso E-A?
¿Cómo vivencio “el tiempo” en la E-A y cuáles son sus implicancias?
¿Qué “canal corporal” utilizo mayor o menormente para relacionarme con mi entorno?




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