La clase se había iniciado como era habitual, sin embargo, esta vez quise probar un método de metaobservación. Observé la clase: el entorno, los alumnos/as y yo (el profe). Ese día la clase fue distinta y mágica… había vislumbrado un portal de un sendero de conocimiento, sabiduría, experiencia y desarrollo personal impensable.
La situación se produjo porque mientras iniciaba la motivación de la clase y explicaba a mis alumnos/as los propósitos y temáticas, me pregunté ¿Lo qué percibo de mis alumnos/as, cuánto es proyección?...
La proyección es un mecanismo psicológico que fundamentalmente los psicoanalistas utilizan y lo definen como: atribuir a otros y al mundo exterior; sentimientos, ideas, deseos, miedos, inseguridades, recursos, preocupaciones y motivaciones que se rechazan o no se reconocen en uno mismo.
Lo que pude “ver” esa vez, me dejó atónito que todavía no he podido asimilar en su totalidad la vivencia. No obstante, sé que tengo un recurso poderoso que se agrega a la clase y puede proporcionar innumerables descubrimientos.
Ahora la clase se transformaba en un “espejo”y puede ser una senda terapéutica, la relación profe-alumno/a evoluciona hacia una vía de conocimiento y superación personal, ya no solo en lo profesional sino además de uno mismo.
La situación se produjo porque mientras iniciaba la motivación de la clase y explicaba a mis alumnos/as los propósitos y temáticas, me pregunté ¿Lo qué percibo de mis alumnos/as, cuánto es proyección?...
La proyección es un mecanismo psicológico que fundamentalmente los psicoanalistas utilizan y lo definen como: atribuir a otros y al mundo exterior; sentimientos, ideas, deseos, miedos, inseguridades, recursos, preocupaciones y motivaciones que se rechazan o no se reconocen en uno mismo.
Lo que pude “ver” esa vez, me dejó atónito que todavía no he podido asimilar en su totalidad la vivencia. No obstante, sé que tengo un recurso poderoso que se agrega a la clase y puede proporcionar innumerables descubrimientos.
Ahora la clase se transformaba en un “espejo”y puede ser una senda terapéutica, la relación profe-alumno/a evoluciona hacia una vía de conocimiento y superación personal, ya no solo en lo profesional sino además de uno mismo.