mayo 11, 2008

¿Cómo motivar al motivador? IV










Parte II


Continuemos conociendo la propuesta de Huerta, Ardura y Nieto:

2 Preparación y diseño de las tareas

La literatura suele destacar el papel de la autorregulación del estudiante durante la actividad, si es capaz de anticipar el desarrollo y los indicadores de evaluación que le permitirán conocer en qué grado ha resuelto la tarea y, en consecuencia, la posibilidad de autorregular su comportamiento para obtener un buen resultado, son dos de estos criterios. El tercer indicador, tendría que ver con la interpretación que haga el alumno de la tarea como una actividad que suponga cierto nivel de desafío controlable.

A: clima de clases motivantes
• Las tareas se anticipan, se dan con indicadores para autorregularse en las mismas.
• Buscan el reto óptimo.

B: clima de clases destructivas
• Tareas poco anticipadas y que generan sensación de dificultad y cierta arbitrariedad.
• Organización y desarrollo oculto. Su desarrollo supone adaptarse a los modos y caprichos del docente.

C: clima de clases poco demandantes
• Las actividades el profesor las organiza pero es muy flexible para cambiarlas cuando los estudiantes se lo piden, aunque no corresponda mucho.
• Las actividades propuestas son fáciles y con pocos desafíos para la formación.

D: clima de clases desprotegidas
• Tareas muy rígidas y difíciles
• La resolución de las tareas depende sólo del estudiante.



3 Desarrollo de la actividad

En la forma en que se gestiona el trabajo del estudiante estarían interviniendo varios aspectos. En primer lugar, el docente puede, por ejemplo, fomentar la autonomía del alumno sin dejar de atender al grado de comprensión de la tarea. Además, es importante observar las formas de supervisión y modificación de los sucesivos pasos que el estudiante va dando en el camino hacia la solución del problema. Por último, la riqueza y el sentido de los ejemplos que utilice el profesor estarán estrechamente relacionados con la disposición del alumno hacia la consecución de la tarea.

A: clima de clases motivantes:
• Se genera cierta autonomía y preocupa la comprensión de contenidos y de pasos.
• Los contenidos son susceptibles de ser revisados y modificados.
• Se proporcionan ejemplos útiles, anclajes a la vida cotidiana

B: clima de clases destructivas:
• Poca autonomía del estudiante, no preocupa la comprensión.
• La posibilidad de modificación sobre la marcha es reducida y depende del docente.
• Pocos ejemplos, referidos a la evaluación.

C: clima de clases poco demandantes:
• Mucha autonomía, la comprensión preocupa de forma inestable.
• Modificación posible para facilitar la tarea.
• Ejemplos muy referidos a solucionar la tarea.

D: clima de clases desprotegidas:
• Autonomía sobrevaluada y fiscalizada, no preocupa la comprensión.
• Poca modificación de la tarea, lo importante es la resolución.
• Ejemplos pobres y muy abstractos.



4 Momentos de evaluación y reconocimiento

Para poder determinar el desempeño docente a este respecto, deberemos atender fundamentalmente al tipo de evaluación y reconocimiento, y al componente afectivo de dicha retroalimentación.

A: clima de clases motivantes:
• Evaluación según criterios, continua, conceptual y de dominio.
• Retroalimentación informativa, contingente y con cierta afectividad.

B: clima de clases destructivas:
• Evaluación normativa, única y sólo conceptual
• Retroalimentación evaluativa, no siempre contingente y con afectividad negativa.

C: clima de clases poco demandantes:
• Evaluación según criterios abiertos y fundamentalmente conceptuales.
• Retroalimentación informativa y evaluativa, favorable y de afectividad positiva.

D: clima de clases desprotegidas:
• Evaluación según criterios o normas, rígida y conceptual.
• Retroalimentación evaluativa, contingente y poco afectiva.





(Continúa)




No hay comentarios.: